viernes, 9 de julio de 2010

Maternidad Subrogada



La maternidad subrogada mejor conocida como “Vientre de Alquiler” es un tema difícil de abordar ya que no hay consenso al respecto y tampoco una legislación clara en torno a la subrogación de vientres. ¿Se puede “arrendar” un útero? ¿Cuáles son los límites de “comercializar” el nacimiento de un hijo?

Para hablar del tema, primero debemos tener claro qué ¿qué es un vientre de alquiler?. En términos médicos, se conoce como útero subrogado y, en los países en que se permite, se utiliza en casos en que la mujer no tiene útero propio, o tiene problemas de infertilidad y utiliza como alternativa, el útero de otra mujer para la implantación del embrión y desarrollo del embarazo. En Chile, al igual que en España, Italia, Suecia y Alemania, no es una situación legal, ya que no está aprobado, por considerarse una práctica que podría atentar contra la dignidad humana. Sin embargo, existen vacíos legales que permitirían ejecutar esta práctica sin que exista una violación a la ley. Esto, porque la legislación chilena permite que las personas puedan suscribir todos los contratos que quieran, siempre y cuando no esté vetado, y como el arriendo del útero no está prohibido por ley, podría efectuarse un acuerdo contractual de este tipo sin caer en un delito.

Resulta difícil pensar en esta situación como parte de un fenómeno natural en la vida de los humanos, pero ¿en qué situaciones es recomendado realizar una práctica cómo ésta? Para muchas parejas que desean tener un hijo, pero que para la madre resulta imposible gestar, se manifiesta como una de las alternativas a elegir, pues ellos genéticamente aportan con sus células sexuales para la concepción de su hijo, y el arriendo sólo forma parte del medio de desarrollo, es decir, la contenedora. Pero para otras personas, es el único medio para ser madres o padres, sin la necesidad de contar permanentemente con otra persona para este propósito, como es el caso del conocido cantante Ricky Martin, quien además reconoció con posterioridad su homosexualidad, explicando de cierta forma su elección. Cualquiera de estas opciones puede resultar inquietante, normal o inmoral para diversos sectores de nuestra sociedad, sin embargo, la opción depende de cada persona y del concepto de ética que tenga cada una de ellas.

En el caso de las mujeres que arriendan su útero, muchos ven este acto como inhumano o poco natural, mientras que el proceso de gestación no tiene mayores alteraciones que en el de una mujer que gesta su propio hijo. El caso que puede resultar difícil para esta, es cuando lo afectivo puede generar conflictos dentro la propia conciencia, con cuestionamientos, dudas, o simplemente un estremecimiento tras el parto por la entrega del niño y la nostalgia al abandonar a aquel ser que acaba de partir de su lado y con el que ya no compartirá ningún tipo de relación. Es por esto que la decisión de ser parte de este “proyecto de vida” que involucra más que el sueño de tener un hijo o en este caso particular de arrendar su útero, sino toda una inversión de sentimientos, dinero y compromiso.

Otro punto a analizar sucede cuando la madre dona además los óvulos, es la madre biológica, tiene que crearse un vinculo durante la gestación, cómo se puede llegar y entregar a ese niño por dinero, de hecho en muchos casos la madre sustituta forma ese lazo con el niño y ha habido numerosos juicios por los continuos arrepentimientos de estas mujeres, o sea más encima estamos hablando de que el niño apenas nace se encuentra en un medio donde lo están disputando, de verdad estamos ante una situación compleja, pero si pensamos en la posibilidad de legalización de esta práctica, si pensamos en que siga ocurriendo, incluso ilegalmente, porque está claro que ya comenzó y no va a terminar, pues cada vez son más las parejas que la llevan a cabo, no importa si es legal o no, ¿vale realmente la pena? ¿valdrá la pena que ocurran este tipo de cosas?. Que el mundo se llene más de niños que no tienen hogar, con todo lo que esto implica, futuras personas que se pueden criar en pésimas condiciones, quien sabe en lo que puedan convertirse, y lo que puedan sufrir, creo, que para cosas tan importantes como ésta, tenemos que ser responsables, somos responsables de lo que traemos a este mundo y de lo que dejamos en él, por lo que no podemos ser tan egoístas y pensar solamente en las propias necesidades o en lo que queremos si sabemos que después podemos cambiar de opinión con respecto algo tan grave, tan importante, y tan serio como lo es una vida. A modo de conclusión y de interrogante, viéndose inmerso en un caso así, ¿no sería la adopción una buena opción?

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